miércoles, 2 de enero de 2013

La cara tolerante de Marruecos, el país árabe que convive con los judíos


Una de las comunidades más antiguas del Norte de África es la judía. Desde el año 70 d.C. se tiene constancia de su llegada a Marruecos, donde llegaron a ser la comunidad hebrea más importante del mundo árabe. Todavía hoy los judíos permanecen en tierra marroquí con los mismos derechos de culto que la religión islámica y el único museo judío del mundo en un país árabe. En un momento en el que parece que la religión saca lo peor de estas sociedades, hay un rincón en África donde la convivencia entre los árabes y los judíos existe.

El eterno conflicto entre israelíes y palestinos ha llevado a la concepción generalizada de que el entendimiento cultural entre árabes y judíos es imposible. Rodeado de países árabes, el caso de Israel y Palestina se impone como único ejemplo de convivencia entre estas sociedades. La hostilidad desatada en Oriente Próximo está tan asociada a la relación entre árabes y judíos que esta visión se ha trasladado a todo el planeta, generalizándose la percepción de que entre la cultura hebrea y la árabe no puede existir otro escenario que no sea el de la violencia. Sin embargo, el continente africano esconde una historia que vuelve a dejar patente que lo más llamativo nunca abarca toda la realidad.

Dos judíos marroquíes/Foto tomada de 'El orgullo de ser parte'.-
Al igual que sus vecinos, Marruecos es un Estado árabe de religión islámica. Sin embargo, este entorno predominantemente arabigo dista de ser un escenario hostil para la población judía que vive en territorio marroquí. De hecho, es el único país islámico en el mundo que tiene un museo judío  y es también donde reside “la mayor comunidad hebrea del mundo árabe”, en palabras del que fuera el director del Museo del Judaísmo de Casablanca y secretario general de la Fundación del Patrimonio Cultural Judeo-marroquí, Simon Levy.

Pero, al igual que en el resto del Magreb, en Marruecos el número de judíos también ha descendido notablemente. Antes de la fundación de Israel en 1948, llegaron a ser 350.000, la mitad pobres. Con la creación del nuevo Estado sionista, los israelíes recorrieron las comunidades hebreas del mundo con la máxima de ‘cuantos más judíos en Israel, mejor’. Entre finales de los años cuarenta y mediados de los cincuenta, fueron 90.000 los judíos que emigraron a Israel. Las razones económicas tenían su peso: Tel Aviv garantizaba el bienestar del que consideraba su pueblo. En 1965, ya sólo quedaban 60.000 judíos en Marruecos y la Guerra de los Seis Días, dos años más tarde, incrementó la inmigración hebrea, ya no sólo a Israel, sino también a Europa y a Estados Unidos.

A.Azoulay.-
Pese a esta reducción, el papel que desempeñan en el territorio es considerable. Con la independencia marroquí en 1956, este país árabe contó con miembros de la comunidad hebrea para desempeñar cargos políticos. De hecho, en la actualidad sigue vigente el destacado papel de los hebreos en la vida política de Marruecos. Tanto es así, que uno de los principales asesores del monarca alauita es el judío André Azoulay.
“Los judíos tenemos una historia de muchos siglos en Marruecos. Sabemos que no todo ha sido de color de rosa. Hay páginas negras. Pero nuestra historia no tiene nada que ver con la de los judíos de Occidente. En Marruecos no hemos sufrido deportaciones, ni nazismo, ni campos de concentración, ni inquisiciones. Judíos y musulmanes hemos vivido juntos, respetándonos unos a otros”, afirma.

Para entender la permanencia de la presencia judía en territorio marroquí hay que tener en cuenta la diferencia entre judaísmo y sionismo. No todos los judíos son sionistas. Ejemplo de ello es la comunidad judía de Marruecos, donde el judaísmo es su religión y no por ello dejan de sentirse marroquíes. No obstante, las persecuciones y maltratos a este pueblo no fueron una excepción en África. Aunque es cierto que vivían con relativa tranquilidad, este sosiego tenía un precio y, si bien al principio se les obligaba por la fuerza a convertirse al Islam so pena de muerte, más tarde se impuso lo más práctico y durante muchos siglos los hebreos vivieron en el continente africano según sus costumbres a cambio del pago de impuestos a las autoridades islámicas.

Barrio judío de Casablanca, donde se encuentra el
Museo judío y la mayor población judía de Marruecos.-
En la actualidad apenas quedan seis mil judíos en este país africano, frente a los 350.000 que había en la primera mitad el siglo XX. Sin embargo, desde hace setenta años la igualdad jurídica entre hebreos y musulmanes es total. En 1940, cuando Marruecos todavía era un protectorado francés y español, el gobierno de Vichy promulgó diversas leyes antisemitas que prohibían a los judíos ejercer funciones públicas. El rey Mohamed V se enfrentó a la Francia alemana y abolió esta tradición secular que consideraba a los hebreos ciudadanos de segunda y pretendía identificar y deportar al pueblo judío. La respuesta que entonces dio el monarca a los franceses viene a plasmar la simbiosis cultural entre árabes y hebreos que vive este país islámico: “En mi país no hay judíos, sólo hay marroquíes”.